¿Qué
he aprendido en este curso?
El
día que matriculé este curso me llamó la atención su nombre: Desarrollo de habilidades de Pensamiento
Crítico y Creativo en la Educación Superior, o sea que las herramientas de
este curso debían, realmente, motivar la criticidad y la creativad. Esto me
dejó pensando cómo lo iba a lograr la profesora en un espacio en blackboard que
ya todos conocemos, ¿dónde estaría la parte creativa? Pero cuando descargué el
sílabo fue otra cosa. Había que hacer un portafolio electrónico con un valor de
60% de la nota. La profesora simplemente nos sacó de un ambiente de confort en
blackboard y nos colocó en una situación que, al menos para mí, era poco
conocida. Por supuesto que ya conocía los blog y había traveseado en blogger,
pero de eso a hacer uno y mantenerlo actualizado, era otra cosa.
Así
que el primer día de este curso tuve que controlar la frustración, buscar la
resignación y emprender una búsqueda en internet sobre cómo utilizar el blogger
y en qué consistía un blog exactamente. Por suerte Elena Barberá ha escrito
varios libros al respecto y en cursos anteriores había leído artículos
interesantes sobre esta herramienta. Entonces comprendí el objetivo que la
profesora se planteó para este curso, porque el blog o e-portafolio tiene la función
de recoger las experiencias de aprendizaje y logros más significativas de un estudiante
a lo largo de un curso, y al mismo tiempo permite que el docente pueda observar
el nivel de competencia del estudiante y de cómo va desarrollando sus habilidades
durante el curso.
A la
fecha he aprendido a editar un blog, introducir imágenes, vínculos de internet
y postear videos. Aun estoy peleando con el formato html porque los comandos
para publicar con este sistema me resultan complicados, pero les he preguntado
a algunos expertos en la materia y ya casi logro publicar como deseo. Es
cuestión de más paciencia y práctica.
Como
parte del contenido del curso, la bibliografía básica y los aportes que he leído
en los blog de los compañeros, he ampliado mi perspectiva sobre dos tema de los
que tal vez se habla mucho pero se practican poco: el pensamiento crítico y la
creatividad. En educación se nos ha dicho que no se debe evaluar la creatividad
como un rubro obligatorio dentro de los trabajos que se le piden a los estudiantes.
Esto porque la creatividad es algo muy subjetivo, pero nunca me había puesto a
pensar el porqué. Al leer la posición de varios compañeros me doy cuenta de que
la creatividad es distinta de una persona a otra. Es casi imposible que dos
personas tengan la misma concepción de creatividad o piensen de la misma
manera. Cada quien es creativo a su estilo y bajo sus propios criterios. Para
unos la creatividad es montar todo un prezi, para otros es “ponerle escarcha a
la portada”.
También
he aprendido que el pensamiento crítico no es un accidente, es un proceso que
debe iniciarse y dársele seguimiento se realmente se desea un buen resultado.
Mas que recetar contenidos, el docente debe incentivar un pensamiento crítico y
analítico en sus estudiantes. De nada sirve que una persona sea capaz de leer más
de 300 palabras por minuto si no entiende lo que está leyendo. Hace poco vi un
programa de niños que aprenden a leer a los 2 ó 3 años de edad. La pregunta es
¿de qué sirve enseñarle a un niño a leer sino se le enseña a analizar o
comprender lo que lee? Eso es lo mismo que ocurre con el pensamiento crítico.
De qué sirve saturar a los estudiantes con contenidos, sino se le enseña a
entender lo que lee.
Además
me surgen otros cuestionamientos: ¿realmente estoy incentivando la creatividad
y la criticidad en mis estudiantes? ¿estoy empleando las técnicas y estrategias
precisas para desarrollar estas habilidades?¿qué demo mejorar cómo docente y
cómo debo hacerlo? Al respecto algunos compañeros han hecho propuestas muy
interesantes en sus blog, de los cuales he tomado varias ideas para aplicar con
mis estudiantes.
Ahora
veo que los blog son una excelente fuente de información, donde se pueden
compartir experiencias de docentes que han aplicado distintas estrategias
pedagógicas y comparten sus resultados. De ellos se pueden tomar buenas ideas
para mejorar nuestra práctica docente, solo hay que saber buscar. Esto es lo
que se llama una comunidad de aprendizaje, todos comparten aprendizaje y
aprenden al mismo tiempo. Además, es un excelente ejemplo de aprendizaje
colaborativo, prueba de ello es la labor de los compañeros con sus aportes, comentarios y sugerencias en cada apartado que publico.
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